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Preguntas frecuentes

¿Qué es el ojo vago?


El ojo vago o ambliopía es la disminución de visión en un ojo debido a que la imagen vista con él no es nítida durante los primeros años de vida -fundamentales para un sistema visual en desarrollo-, por lo que es anulada. Este problema es irrecuperable a partir de los 9 o 10 años de edad, de ahí la importancia de su detección a edades tempranas. Cuanto antes se corrija la causa y se realice el tratamiento, más efectivo será éste.

Inicialmente habrá que identificar la causa: defecto de graduación, estrabismo y otras menos frecuentes como caída del párpado, cataratas congénitas… Y corregirla: será necesario hacerlo con gafas en el caso de defectos de graduación y posteriormente iniciar tratamiento con oclusiones (parches).


¿Para qué se utilizan los parches?


Los parches se utilizan para tratar la ambliopía u ojo vago. De esta manera se consigue estimular el ojo que tiene peor visión para que ésta mejore. Se consideran el tratamiento más efectivo para la ambliopía, aunque existen otras alternativas como son los filtros o cristales penalizadores y las gotas para dilatar la pupila, que pueden ser valoradas por el oftalmólogo según los casos.


¿Qué es el estrabismo?

El estrabismo es la pérdida del paralelismo de ambos ojos por la desviación de uno de ellos, hacia adentro, fuera, arriba o abajo. Puede ser constante o intermitente y debe ser valorado por un oftalmólogo si persiste en un bebé más allá de los 6 meses de vida o, posteriormente, en el momento de su aparición. Será necesario tratar cualquier defecto de graduación asociado y la ambliopía, si la hubiera. Algunos estrabismos pueden ser corregidos con gafas pero en otros es necesario valorar inyecciones de toxina botulínica o cirugía en uno o ambos ojos.


¿Pueden deberse los dolores de cabeza en el niño a un problema de visión?

A veces, sí. Los niños hipermétropes pueden tener una aceptable agudeza visual de forma que no se quejan de no ver bien, pero sí pueden aparecer dolores de cabeza típicamente por las tardes y tras la lectura o la realización de actividades prolongadas en visión de cerca. En ocasiones desisten incluso de realizarlas, llegando a afectar a su rendimiento escolar. Por lo tanto, un niño que presente los síntomas anteriores debe ser valorado por un oftalmólogo y explorado bajo cicloplejia (gotas para dilatar la pupila).